martes, 15 de mayo de 2012

Tatuaje en Japón


Japón. 



La primera evidencia  de tatuajes en japoneses se encuentra en los figurines de barro que se recuperaron de las tumbas. Datan del año 5000 a.C., tienen líneas sencillas marcadas en el cuerpo y cara, el cual indicaba la posición social y los protegían de los malos espíritus. En textos históricos del siglo III d.C., se dice que los pescadores  se pintaban el cuerpo para protegerse de los peces grandes cuando buceaban en busca de conchas.

A principios del siglo VII, los gobernantes adoptaron parte de la cultura y costumbres chinas, por lo que por lo que los tatuaje fueron oficialmente prohibidos.  Las personas que portaban tatuajes eran excluidos y básicamente condenados a vivir fuera de Japón.

No se conoce un reporte de algún tatuaje en Japón hasta el año 720 d.C., cuando el emperador mando llamar Hamako, mujari de Azumi. (conspirador para derrocar al estado) perdonándole la pena de muerte  pero condenándolo a ser tatuado.
Sin embargo en ese mismo momento los indígenas Ainu (Hokkaido, norte del archipiélago japonés) tenían una estética diferente, consideraban que sus mujeres eran hermosas por el hecho de portar tatuajes.

A principios del siglo XVII los tatuajes fueron considerados solo para criminales, tenían una cruz en el antebrazo. También se puso de “moda” que los delincuentes eran marcados con una variedad de símbolos que indicaba en que región habían cometido el crimen. En algunas regiones se tatuaban un perro en la frente,  en otras eran barras, líneas dobles y círculos en la cara y manos.

Fue hasta el siglo XVIII, cuando SUIKODEN (novela  China), donde la mayoría de sus héroes tenían bastante tatuajes, esto causo popularidad en Japón, haciendo que los tatuajes gráficos florecieran con el invento de ukiyo – e  (plancha xilográfica).

Y a pesar de seguir prohibidos, el tatuaje siguió evolucionando y más en los yakuza – bandas de crimen organizado – (campesinos, bandidos, y peones que emigraba a EDO ). Ellos creían que como tatuase dolía, era una manera de demostrar valentía; como era permanente su lealtad eterna a  la banda; y como era ilegal, los volvía bandidos para siempre.

En 1867, la ley contra el tatuaje se cumplía al pie de la letra porque los nuevos gobernantes temían que los occidentales consideraran sus costumbre bárbaras y caducas. Irónicamente, entre las leyes no había alguna que prohibiera tatuar a los extranjeros. Aquí comienza lo que se conoce LOS MAESTROS DEL TATUAJE. Ellos se mantenían ocupados tatuando marineros, su destreza y habilidad era tan maravillosa que reyes y emperadores extranjeros iban a Japón para ser tatuados. Claro esta también que aun tenían clientes japoneses, que seguían tatuándolos de manera ilegal.

En 1936, estalló una lucha y casi todos los japoneses fueron reclutados en el ejercito. Después de la segunda guerra mundial, el general MacArthur liberalizó las leyes japonesas y tatuarse se volvió legal. Pero aun en la actualidad el tatuaje no se puede mostrar en público. Se considera propio de las clases bajas. En la actualidad algunos  hoteles y bares  no permiten la entrada a personas con tatuajes visibles.

Perla Tovar García

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